martes, 9 de octubre de 2007

Sonrisa descalza de una mujer elefante


Cuando creo que alguien tiene un problema serio de malos sentimientos me dan ganas de decirle que corra descalzo/a hasta Cerro Largo. Hace unos días, después de que se lo receté (en mis pensamientos) a tres personajes distintos, me pregunté cuál era la insólita explicación de mi razonamiento(porque lo preocupante es que en verdad creo que la receta calmaría muchos males). Correr, y sin zapatos, varios quilómetros apagaría muchas maldades. Me psicoanalicé para encontrar el origen a mi propuesta de recetario:
Me fascina andar descalza, por la arena, por la alfombra, sobre las baldosas frías en verano. Cuando estoy cómoda en un lugar, sin darme cuenta me descalzo. Cuando era chica corría en Atletismo, me quedaba después del colegio a practicar. Y empezamos a prestar atención a los serios consejos de los varones que nos aseguraban que descalzo se corría más rápido. Un día nos sacamos nosotras también los zapatos. Y nunca nos los volvimos a poner. Todavía si quiero, siento la sensación de los pies cuando rozaban el pasto frío en las carreras. También puedo sentir el vértigo del barro. Era en esta época, en octubre, cuando recién empezaba el calorcito. Tengo el recuerdo impregnado en los pies,. Era muy chiquita y llevaba nada más que el short y la remera. Los zapatos, en la mano. Eran tardes livianas, sanas. Lo único intenso eran las emociones. Y las carcajadas. Me gustaba correr carreras, y más me gustaba correr descalza. Libre, eso, me sentía libre. Ojalá estos individuos prueben correr descalzos, y si es posible, hasta Cerro Largo, para que el camino sea largo. Y así yo no voy a tener que aguantar más insultos. Mientras, aguanto. Aguanto. Ya he creado, como me enseñó mamá, piel de elefante. Pero confieso que quisiera pronto dejar de ser un cuadrúpedo y parar de esconder mi maldita y sensible piel. La que de niña sentía el roce del pasto con la planta del pie. Y la que sufre con los insultos.
P. D. : La imagen es de este verano, en "Los abriles", era la única que tenía en la que sólo aparecían mis pies. Quien tenga imaginación, que los vea descalzos.
P.D. : Otro día explicaré por qué Cerro Largo.

4 comentarios:

eresfea dijo...

Ah, esa sensación de poder...

Al Nonino dijo...

Lo de mujer elefante no suena muy bien...

Coppelia dijo...

Eresfea, es verdad, esa sensación de poder...ser aplastada(je).
Al, suena tan mal como se siente. Lo prometo.

Anónimo dijo...

creo que lo de los pies descalazos es en honor a las largas charlas que podemos tener...ya que siempre nos amenazaron con "meternos en el convento de las carmelitas descalzas"..