lunes, 15 de octubre de 2007

Ladran Sancho, señal de que cabalgamos.

Cuanto él más la ataca, más conciente es ella de que las cosas van bien. Ha sido duro el camino. Pero no hay duda de que a él le ha dolido aún más que a ella.
Ella jura que eso no es un consuelo. Doy mi palabra.

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