Hoy me desperté y era verano. Amanecí a las 11 y 15 de la mañana, un verdadero milagro. Por un momento, pensé que había aprendido a vivir sin dormir, hoy me di cuenta de que no, pues sigo lidiando con ese nefasto gen de dormilona. Afuera hay un sol divino, y adentro de mi cuarto, olor a verano. Me arden los hombros del sol, y me duele la espalda del agotamiento. Ayer me escapé de Montevideo, pasé el día en la playa leyendo Esto es Nueva York y meditando sobre qué voy a escribir el guión que tengo que entregar en unas horas. Punta del este estaba espectacular, el mar azul profundo, y la playa casi vacía. Al lado mío sólo corrían dos enanos- de tres años cada uno- que tenían conversaciones inéditas. Me di el primer baño del verano. Sola. Tenía ganas de estar sola, de pensar mil cosas, de disfrutar en silencio de esa sensación tan íntima del trabajo cumplido. Porque el trabajo creativo arrastra el alma del que lo hace, y la satisfacción es interna, surge de lo más hondo. Y luego cuesta volver a la normalidad, al equilibrio, a la rutina. Si alguien lo entendiera, sería más fácil. Pero nunca nadie lo entiende. Ayer fue el final de una etapa, y el principio de otra, la inauguré con un baño en el mar. Pensé que será de mí este verano, pensé en mi carrera, en las ganas que tengo de escribir. Pienso en mamá, y en su lucha eterna por que sus hijas sean, sobre todo, felices. Y le agradezco su paciencia en la locura de estos últimos días, y su grandeza por soportar el tener que vernos sufrir para conducirnos por el camino de los que aspiran a ser buenas personas. Porque la felicidad, el bien y la libertad nacen y mueren de una realidad única. A dónde vaya ahora espero dirigirme con la paz del que pisa firme, y ese entusiasmo del que no conoce lo que le espera. Ayer busqué un rato de descanso, una pequeña tregua en este mundo que va más rápido que yo. Y pensé en cuánto le tengo que agradecer. Tengo la gracia de que mi madre sea una mujer incondicional.
P.D. : Esto lo escribí la semana pasada. Después del fin de semana. Lleva exactamente seis días de atraso. Fue el miércoles.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
tengo la suerte de compartir el sentimiento que coppelia escribe...muchos por suerte
Publicar un comentario