miércoles, 26 de septiembre de 2007

Silencios

Alguien una vez le dijo que tenía el alma silenciosa. Tenía razón. Se da cuenta de que las cosas más profundas, las de más adentro, no siempre las quiere decir en palabras. Las guarda hasta que alguien las descubra. Salen en su forma de vivir, de mirar, capaz hasta de reírse. Pero no con las palabras. Y cuando las personas se enojan porque no entienden, mantiene la calma. Quien sabe mirar, sabe descubrir. No lo hace por gusto, y por eso no lo puede evitar. Tiene un alma silenciosa, que toma su tiempo para encontrar esas palabras, aquellas emociones, porque disfruta de la paz. Es quizá, la defensa innata de los que tienen la desdicha de ser demasiado transparentes, de no poder esconder una sonrisa o una tristeza en los ojos. Es la defensa del que sabe que puede ser vulnerable a los sentidos. Hoy quiere que su alma esté en silencio. Hay cosas para las que no se necesitan palabras. Esas que-como la vida- nacen de un misterio.

3 comentarios:

Al Nonino dijo...

A veces sólo deberían existir las palabras mejores que el silencio, como dicen los orientales.
Bonito y polar abrazo, el de la foto.

Coppelia dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Coppelia dijo...

En el Polo quizás Al, pero polar seguro que no...