Pasé un día en busca de las palabras indicadas. Después preferí que no llegaran. Por ahora, guardo nada más que el recuerdo vivo de sentir la primera carcajada, la segunda, la tercera. ¿Cómo se explica esa sensación tan perfecta? Ellos ahora existen, y yo volví a ser yo. Me alejo y siento alivio, los personajes tomaron vida, la historia tiene su lugar, y yo recupero mi libertad. Me alejo. Y me llevo en el pecho el recuerdo de esa sensación que todavía no quiero contar, que aún prefiero guardar sin palabras.
P.D. : En la imagen, con el mismísimo Adolf. Me hubiese gustado que Ema también apareciera en la foto. Pero Adolf, como buen Adolf llegó muy puntual. Y Ema, como buena Ema, llegó muy tarde.
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