martes, 7 de octubre de 2008

Apasillamiento


Me apoyé contra la pared de un corredor y observé, detenida. Sonidistas, actores y directores circulaban sin descanso, y yo parada en silencio. Fascinada, tan campante. Un hombre, de pelo oscuro y voz fuerte, gritaba cada  vez que pasaba cerca mío “nooooseeeeaaaaaapaaaasillllllen”, y las cosas seguían dando vueltas. Actores, maquilladoras, directores, sonidistas, el dueño del perro, el perro, las asistentas. Y el hombre, a modo de peaje, repetía cada vez "noseeeeeeeapasiiiiiiiiiillen".
Cuando ya había pasado casi una hora, varias tomas, más de una escena, y hasta cambio de actores, se hizo un receso. Al pasar cerca mío el gritón me guiñó el ojo y me lo dijo en secreto: "noseapasillen". Entonces me di cuenta. Actores, directores, sonidistas, el perro, todos se retiraron, y quedé yo parada contra la pared del corredor; encima mío dos carteles idénticos "no pararse en el pasillo por favor". Uno a mi izquierda y uno a mi derecha.
Al otro día, cuando volví, noté que nadie, salvo el hombre de la voz fuerte, se había percatado de mi superlativo papelón...Cuando aparecí, me miró con complicidad y sonrió.
Lo mío, supongo, fue torpeza de principiante. Lo de él, sospecho, paciencia de experiente.
P.D.: Sé que la palabra experiente no existe, pero no me importa.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Qué lindo que hayas vuelto! Pero...hay algo en esta historia que no cierra: en serio estabas en silencio? ni una palabrita?
Creo que eso también formó parte de la ficción.
Celebro el regreso.

Coppelia dijo...

Chilindrina, me has hecho reir mucho. Lo prometoooo estaba muda.