martes, 14 de octubre de 2008

Pequeña Miss Sunshine



Hace unos días escuché ruidos en el jardín.
- Hay alguien - le dije a I.
Pero el ladrón se escondió. Y pareció que no hubiera nadie.
Al otro día me encontré con que nos habían arrancado la bocina. Sí, la bocina. Antes se llevaron el buzón de la casa, ahora atacaron la bocina del auto. Pero no la pudieron robar, tres fieles cables la sujetaron para no dejarla ir.
Del volante del Subarito (así llamamos al automóvil) quedó una colgante bocina que suena(con vida propia) al compás de los movimientos del vehículo, si lo detengo, suena, si dobla, suena, y si anda por más de dos cuadras seguidas, suena. Es un alegre cantar para esta ciudad tan calma. Al principio sentía un poco de vergüenza, ahora me divierto y recuerdo la escena de Pequeña Miss Sunshine en la que la familia circula por las calles con el incansable sonar de la bocina. Los guiones son inspiración de la realidad. Sin duda.
P.D. : Me gustaría haber puesto de imagen la cara del resto del tráfico montevideano mientras el Subarito chilla en circulación.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Qué será que hace que las Hnas.H. conviertan los vehículos que conducen en verdaderos personajes con anécdotas y vida propia?

Coppelia dijo...

Es cierto anónimo, que será, pero a las del Maruti nadie las olvida, seguro vos sos de los que menooos las pueden olvidar. beso, y qué bueno tenerte por acá.

Anónimo dijo...

marutiño!!! primeros viajes de coppellia en los que era complicado cruzar rivera juajuajua! pero que buenos momentos!!
LIBI
pd: pobre subarito...no se merecia que lo agredan de tal forma!!