Volver es difícil. Después de un invierno silencioso Coppelia retorna, y no se atreve a encontrar un texto que pueda colmar las expectativas de quienes tuvieron la paciencia de esperarla durante esta larga ausencia. Por eso, y para ustedes, este fragmento de Elio Vottorini en Cerdeña como una infancia que, no sé ni por qué, tanto me gusta.
“Yo sé qué significa ser feliz en la vida, y la bondad de la existencia, el gusto de la hora que pasa y de las cosas que se tienen alrededor, aún sin moverse, la bondad de amar esas cosas, fumando, y una mujer en ellas. Conozco la alegría de una tarde de verano leyendo un libro de aventuras de caníbales, semidesnudo en una chaise-longue ante una casa en la colina que mira al mar. Y muchas otras alegrías a la vez: estar en un jardín al acebo y escuchar cómo el viento mueve apenas las hojas (las más altas) de un árbol; o en una renal sentir agrietarse y derrumbarse una infinita existencia de arena; o en el mundo poblado de gallos levantarse antes del amaneces y nadar, solo en toda el agua del mundo, cerca de una playa rosa. Y no sé qué es lo que pasa por mi rostro en esas felicidades mías, cuando siento que viviendo se está bien: no sé si una dulzura soñolienta o más bien una sonrisa.”
P.D. : En la imagen V., con su Porteño. Un homenaje al buen tordillo que no pudo sobrevivirlo, a este invierno.
4 comentarios:
Que bueno que vuelvas a escribir pq te hace bien a ti y a nosotros tus posts nos hacen bien al alma !!! Que lindo recuerdo con porteño, va a ser dificil volver a los abriles y no tener con quien andar! Es dificil sustituirlos!!!!
Hermanísima.
Lindo, muy lindo regreso.
Eresfea, es cierto, Hermanísima. El otro yo, lindo también tenerte de vuelta.
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