Hoy de repente me acordé de R. La conocí hace unos años, el otoño que cumplí diecisiete. Me hacía un estudio de orientación vocacional porque yo andaba bastante perdida, o mejor dicho, negada a descubrir qué quería hacer de mi vida. R tendría unos sesenta y largos cuando empecé mi estudio, que duró mucho más de lo previsto por la profunda amistad que trabamos. Es una de esas personas que vive con intensidad; la felicidad, el dolor, el amor, la amistad. Todavía mantiene sus siete íntimas amigas de colegio, se juntan una vez por semana para ponerse al día. Enviudó hace años pero todavía se le ilumina la cara cuando habla de su marido. Sabe disfrutar de las etapas de la vida, de su madurez, y de alguna vez haber sido joven . Decía que guardaba como recuerdo de juventud la sensación en verano de mirarse al espejo después de darse una ducha y ver y sentir las huellas del sol en la piel. De tener toda la cara quemada, y verse los ojos y la sonrisa resaltar entre lo oscuro de la piel. Hoy, después de la playa, y después de una ducha, de repente me acordé del recuerdo de juventud de R.
P.D. : El "hoy" no es hoy, fue el 6 de enero.
P.D. : La imagen no me convence.
P.D. : Ambas aclaraciones se deben hacer por la misma razón: escasez teconológica en el verano.
2 comentarios:
Qué imagen tan hermosa e intensa. Suena a Dinesen, aunque ella no hubiera tomado así el sol...
q lindo acordarse de R, una persona que vale la pena conocer...
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