"Hoy sería capaz de marcharme: coger las llaves del coche sin
motivo alguno
(las llaves siempre están en el plato de entrada)
bajar por la escalera
(no bajar por el ascensor, bajar por la escalera)
hasta el garage del sótano, ver la cerradura eléctrica abrirse con dos chasquidos y dos señales de luces, ver la puerta automática subir despacito y, en la calle, acelerar lo más deprisa posible, pasar semáforos en rojo, en dirección a la autopista, sin hacer caso a los carteles que indican las ciudades y la distancia en kilómetros, sin una idea en la cabeza, sin destino, sin nada más allá de esta prisa por marcharme, poner entre yo y yo el mayor espacio posible..."
En caso de accidente, Segundo libro de crónicas, António Lobo Antunes.
motivo alguno
(las llaves siempre están en el plato de entrada)
bajar por la escalera
(no bajar por el ascensor, bajar por la escalera)
hasta el garage del sótano, ver la cerradura eléctrica abrirse con dos chasquidos y dos señales de luces, ver la puerta automática subir despacito y, en la calle, acelerar lo más deprisa posible, pasar semáforos en rojo, en dirección a la autopista, sin hacer caso a los carteles que indican las ciudades y la distancia en kilómetros, sin una idea en la cabeza, sin destino, sin nada más allá de esta prisa por marcharme, poner entre yo y yo el mayor espacio posible..."
En caso de accidente, Segundo libro de crónicas, António Lobo Antunes.